lunes, 23 de mayo de 2022

DEL MAR ADENTRO EN LA SANGRE A LA RISA DE DIOS. A RITA GUERRERO, 11 DESPUÉS

Ayer, 22 de mayo, Rita Guerrero, la genial vocalista de bandas como Santa Sabina y Ensamble Galileo, habría cumplido 58 años de vida. En realidad, no sé si “habría” fue la palabra correcta y también dudé en decir: “cumple 58 años de vida” y es que, si bien es cierto que su corazón se detuvo aquel funesto 11 de marzo de 2011, en lo personal no me lo acabo de creer. Cómo creerlo, si justo esta mañana la escuché cantar “Nada va a llenar el vacío mar que hay en su corazón. Quizá el mar muerto le dé vida otra vez”. Cómo asimilarlo, si de vez en cuando viene a susurrar a mi oído historias sobre vampiros y mujeres que se funden con la luz del mar. Pienso en ella como se piensa a la buena música, que, para ser, necesita imperativamente un fin, pero que, paradójicamente, ese fin es el principio de la añoranza, de una sonoridad que se queda vibrando en las cuerdas de la emoción durante mucho… mucho tiempo después del último compás, que nos mueve la piernita al tempo mientras continuamos la pieza tarareando, acaso, varias horas. Conocí a Santa Sabina cuando tenía… 17 años y desde la primera vez que los vi, soñé que algún día me subiría a un escenario a hacer música. Rita, al frente de una banda deliciosa, fue aquella inspiración trascendente; la súbita revelación de que los ángeles bajan a la tierra y derriban, como aquellas míticas trompetas de Jericó, el muro lamentable de una cotidianidad abúlica. Ese muro cae una y otra vez, cada día, con sólo tomar mi instrumento y ejecutar, construir música, hacedores de lluvia, tal y como se lo vimos hacer primero a ella. Se desploma con estrépito, hoy día, cada vez que con ella reflexiono: “qué importa la muerte, si la vida no es vida. “Que importa la vida, si la muerte es la vida”. Y de pronto se me ha disipado la duda; Rita, así como te lloré hce 11 años con un intenso Mar adentro en la sangre, hoy celebro tu vida, con la mismísima fiel Risa de dios.